Desde hace unos años aquí, estamos viendo que el número de adolescentes que tienen conductas auto-lesivas ha aumentado considerablemente. Y es que los datos que nos aportan algunas investigaciones no son muy alentadores, ya que calculan que alrededor del 18% de adolescentes se han autolesionado alguna vez.
Las autolesiones, también llamadas autolesiones no suicidas (ANS), son todas aquellas agresiones deliberadas que realiza la persona en su propio cuerpo, normalmente en la piel, con el fin de hacerse daño a si mismo. Entre estas conductas se encuentran: el realizarse cortes en brazos, piernas o abdomen, quemaduras en la piel, arañazos o golpes… Aunque se pueden dar también en la vida adulta, es más común ver este tipo de conductas entre adolescentes, especialmente entre chicas.
Normalmente, comienzan a darse cuando el adolescente vive algún evento en su vida que le provoca malestar muy significativo como puede ser una ruptura, Bullying, problemas con los iguales… Es importante aclarar que los adolescentes no buscan causarse la muerte, si no aliviar el dolor psicológico que sufren en esos momentos. Si bien es cierto, que adolescentes que se autolesionan tienen un mayor riesgo de intentos de suicidio.
¿Por qué se dan las autolesiones?
Cuando las autolesiones se dan de manera frecuente y se mantienen en el tiempo, aunque parezca increíble pensarlo, es porque al realizarlas se obtienen una serie de beneficios. Entre las causas que se han descrito en la investigación sobre porqué los adolescentes mantienen este tipo de conductas, se encuentran las siguientes:
- Las autolesiones tienen efecto anestésico, es decir, cuando un adolescente siente un sentimiento muy fuerte, con la autolesión consigue que este sentimiento se reduzca, sustituyéndolo por dolor físico, que es mucho más fácil de manejar. Muchos adolescentes carecen de herramientas para hacer frente a sentimientos muy intensos y su única estrategia es hacerse daño.
- Por el contrario, en ocasiones el infringirse dolor, puede ser una manera de sentir algo. Muchos adolescentes, afirman que utilizan las autolesiones como una manera de sentir alguna emoción, ya que se siente planos y apáticos.
- Por raro que suene, en muchas ocasiones estas autolesiones se realizan por placer. Cuando la persona lo lleva haciendo mucho tiempo se convierte en una actividad placentera, como en una droga, la persona se engancha a la sensación de dolor y por ello lo alarga en el tiempo.
- Las heridas son una forma de expresar el dolor y llaman la atención. Por tanto, cuando el o la adolescente necesite atención del entorno recurrirá a herirse a sí mismo.
- Por otro lado, también puede darse el caso en el que la persona se beneficie de reconocimiento social por enseñar las autolesiones. Adolescentes que se autolesionan, pueden estar metidos en blogs o foros en los que muestran sus heridas y esto les reporta el reconocimiento que necesitan.
¿Qué puedo hacer si mi hijo o hija se autolesiona?
Si tienes dudas de si se están dando este tipo de conductas en tu hijo o hija, es necesario observar. Estas son algunas señales en la que te puedes fijar:
- Heridas en la piel con patrones determinados.
- Sentimientos de ira, tristeza, miedo intentos, con reacciones desproporcionadas. Reacciones impulsivas o desajustadas.
- Aislamiento tanto en casa como a nivel social.
- Uso de manga larga o pantalones largos, incluso cuando hace mucho calor.
- Dificultades en las relaciones sociales.
- Dificultes en la expresión y la comunicación de las emociones.
Si por el contrario, has visto a tú hijo o hija realizar este tipo de conductas, lo primero de todo es mantener la calma. Aunque sea complicado por la cantidad de dudas y miedos que surgen en ese momento, calma. Si tú estas calmado, conseguirás mayor colaboración y comunicación. Intenta hablar sobre el tema, escucha lo que tenga que decir, piensa que probablemente también será duro para ella o él. Evita las broncas, los sermones y los reproches ya que no te llevarán a la solución
Siempre que se den este tipo de conductas, aunque sean mínimas, es importante pedir ayuda profesional. En ocasiones, pueden parecer cosas de “niños”, pero hay que tener cuidado. Recibir el tratamiento psicológico adecuado es imprescindible en este tipo de casos, ya que la autolesión es solo la punta del iceberg.
¿Cómo se aborda desde la terapia?
Lo primero, es realizar una buena valoración de por qué se dan esas autolesiones. No es lo mismo que se realicen como llamadas de atención, que como forma de regulación emocional.
En el primer caso, el abordaje terapéutico se puede centrar en enseñar al adolescente a expresar sus necesidades y comunicarse de diferente manera, llamando la atención de manera más adaptativa y saludable.
En el segundo caso, cuando se trata de una regulación emocional, será importante descifrar de qué dolor psicológico se quiere deshacer la persona. Qué es aquello que está intentado evitar mediante las autolesiones. Entre otras muchas cosas, necesario enseñar al adolescente a lidiar con los sentimientos intensos de manera diferente. Además, puede que haya traumas como un duelo, abandono, abusos… que deben ser tratados.
En todo caso, cada persona es un mundo y requiere un traje a medida; por ello, cada tratamiento deberá ser totalmente personalizado y acorde a la persona.
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