Leyendo este título te preguntarás, ¿qué relación tiene la imagen corporal con el autocuidado? En este artículo te explicaré cómo una mala imagen corporal va a suponer una barrera para el autocuidado. A continuación especifico 3 razones:
- Convivir a diario con la creencia de que “mi cuerpo es incorrecto” supone una fuente de amenaza y estrés considerable y activa emociones desagradables, como la de frustración y vergüenza.
- En nuestra sociedad occidental es común iniciar dietas restrictivas, prohibirnos ciertos alimentos, compensar ingestas, etc., como forma de controlar el cuerpo cuando lo rechazamos. Hoy en día sabemos, y las investigaciones científicas así lo avalan, que las dietas hipocalóricas no funcionan y además tienen consecuencias indeseables:
- 95% de las personas recuperan el peso inicial en 2 años.
- El 98% de las personas recuperan el peso en 5 años.
- Pasar de comer con control a descontrol.
- Conductas de sobreingesta o atracón.
- Perpetuación de la relación de lucha con la comida.
- Una mala imagen corporal va a hacer que me centre en bajar de peso y en qué hacer para conseguirlo. De esta manera es fácil que me desconecte de las señales de saciedad y hasta de hambre y nutrición de mi cuerpo, desatendiendo sus verdaderas necesidades.
Por todo ello, mejorar la imagen y la relación que tenemos con el cuerpo cultivando la aceptación corporal es una pieza indispensable en el camino de mejora de nuestro bienestar y de nuestra salud.
¿Qué puedes hacer para empezar a cultivar tu propia aceptación corporal?
Os dejo tres claves para que puedan ayudarte en el proceso de vivir en paz con tu cuerpo:
1.Respetar y cuidar a mi cuerpo tal y como es, cambiando el foco.
Puede sonar difícil de lograr cuando quizás en estos momentos sientes que odias a tu cuerpo o rechazas ciertas partes de él. Pero aceptar y respetar no quiere decir que te tenga que gustar tu cuerpo. Se trata más bien de empezar a cambiar la forma de ver y valorar el cuerpo. Cambiar la mirada desde un foco meramente estético, de la delgadez que es un valor social, a un foco más funcional, de todo lo que mi cuerpo me permite hacer, que es un valor personal de lo que para mí es importante y no quiero dejar de hacer. El cuerpo te permite correr, bailar, abrazar, chapotear, respirar, te lleva a donde quieres ir… Aprecia todo lo que puedes hacer con tu cuerpo. Y por todo esto merece ser cuidado y respetado.
2.Empieza a hablarte y a tratarte con amabilidad.
Date cuenta de las frases negativas que te dices cada día y que tienen que ver con los mensajes negativos que recibiste en la infancia acerca de ti misma y de tu cuerpo, y ofrécete una mirada compasiva en su lugar. Puede ayudarte el tratarte como lo harías con una buena amiga.
3.Actuar a pesar de…
No dejes de hacer las actividades que te gustan y son importantes para ti por vergüenza a mostrar tu cuerpo, tales como ir a la playa, al gimnasio, quedar con amigos, ponerte tu vestido favorito… Es decir, actúa a pesar de la vergüenza. Puedes ayudarte y acompañarte en estos momentos donde hay sufrimiento con una mirada amable y compasiva hacia ti misma y dedicarte un gesto de auto-consuelo en forma de abrazo.
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Lucía Romero Twardzik
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