El 3 de diciembre es el Día Internacional de las personas con Discapacidad, y por ello, hoy escribimos en el blog acerca de cómo afrontar la discapacidad de un/a hijo/a.
Todo padre o madre tiene expectativas en relación a cómo será su hijo/a en el momento en el que la mujer está embazada, y rara vez estas expectativas incluyen la posibilidad de que pueda presentar alguna discapacidad. Por eso, cuando nace un hijo/a y le diagnostican con alguna discapacidad, la familia siente que su mundo se desmorona, porque sus expectativas no se han cumplido en absoluto. El sentimiento y proceso que sigue al diagnóstico es muy similar al que se sigue en un proceso de duelo y pérdida. De alguna manera, aquel/lla niño o niña que habíamos ideado, no existirá.
Por ello, la discapacidad de un/a hijo/a supone en ocasiones pasar por las siguientes etapas:
- Negación: implica la no aceptación del diagnóstico, así como tratar de buscar otros profesionales que lo descarten o nieguen.
- Enfado: se relaciona con la ira y frustración, así como con la búsqueda de culpables.
- Negociación: es la esperanza de encontrar soluciones que eviten o reduzcan considerablemente la discapacidad, a veces incluso perdiendo la objetividad.
- Tristeza: se relaciona con la falta de energía, desesperanza y, en ocasiones, depresión.
- Aceptación: implica que el proceso de duelo ha finalizado y da paso a reorganizar la vida en familia con la nueva realidad.
En este sentido, muchas veces es necesario pasar por estas etapas para poder afrontar la discapacidad de un/a hijo/a, porque se trata de un proceso que no se da de la noche a la mañana. Así mismo, algunos aspectos a tener en cuenta para facilitar la superación y aceptación son:
- Recibir información. Es importante conocer bien el diagnóstico de nuestro/a hijo/a por parte de profesionales para ir poco a poco ajustando nuestras expectativas.
- Agruparse con personas que hayan pasado por lo mismo. Tener un espacio para compartir con otra gente que sabe cómo te sientes, que quizá esté en otra etapa distinta y pueda ofrecerte orientación es muy importante. En este sentido, es necesario evitar aislarse.
- Ver las barreras como retos. El punto de vista desde el cual se mira la situación puede suponer un cambio radical en el afrontamiento. Sin basarnos en información incorrecta o expectativas imposibles, pero siempre tratando de dar un enfoque positivo a la situación. Pensar que los retos se superan y que es posible llegar a aceptar y vivir con esta realidad.
- Dedicar tiempo al autocuidado. Tanto en familias con hijos/as con discapacidad como en aquellos que no tienen dificultades específicas, es necesario que padres y madres dediquen tiempo al autocuidado. Un/a hijo/a va a ser más feliz siempre y cuando su entorno familiar, clima y padres sean también felices.
- Solicitar ayuda si es preciso. Bien a través de profesionales de la psicología o en avocaciones específicas, a veces es necesario solicitar ayuda para superar alguna etapa del proceso.
- Conocer que tener un/a hijo/a con discapacidad puede suponer situaciones complicadas. Por ejemplo, más gastos a nivel económico, crisis morales, crisis con la familia y también en la relación de pareja, discriminación o falta de entendimiento por parte de la sociedad, etc.
- Permítete sentir y desahogarte. No te sientas mal por estar asustado/a, enfadado/a, triste, etc., pues son sentimientos necesarios en el camino a la aceptación. Del mismo modo, permítete desahogarte y hablar de ello.
No es un camino fácil, pero piensa que muchas familias han pasado por ello y han aprendido a ser felices conviviendo con la discapacidad.
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