La lecto-escritura, es uno de los principales rasgos que nos hace diferentes respecto a los demás seres vivos. Leer y escribir parece que vinieran forjados en nuestro ADN y que al alcanzar la edad suficiente para hacerlo lo debiéramos hacer correctamente y sin ningún tipo de dificultad.
Lo cierto, es que no es así. Una vez alcanzada la madurez mental y cognitiva para poder empezar a aprender a leer y escribir (en torno a los 6 años), es donde suelen aparecer las dificultades de aprendizaje que podemos observar en muchas ocasiones en consulta, y para ello es necesario fijar y entrenar bien las bases de cada niño para adquirir bien la lectoescritura.
Cuando hablamos de la base de la lectoescritura, es necesario hablar de la conciencia o habilidades fonológicas. Éstas se refieren a la capacidad de reflexión sobre los sonidos del propio idioma y a la habilidad para pensar en ellos para adquirir finalmente conciencia de sus segmentos sonoros. La relación entre la lecto-escritura y la conciencia fonológica es bidireccional, ya que la conciencia fonológica favorece la adquisición de la lectoescritura y a su vez ese aprendizaje desarrolla dicha conciencia.
En la práctica, el entrenamiento en conciencia fonológica se consigue mediante ejercicios y juegos sobre la secuencia de sonidos que llegan a formar las palabras. Aquí os proponemos algunos de ellos.
Juego 1
Identificar los objetos de la cajita: Este juego es muy sencillo y además los peques disfrutan mucho haciéndolo ya que pueden formar parte activa en todo el montaje. Se necesita una caja mediana con distintos compartimentos (puede utilizarse la típica caja de bricolaje para guardar pequeños elementos o alguna que hayáis tenido en casa con abalorios) y muchos objetos diferentes. Se cogen las letras del abecedario y se colocan una por una en cada cajita individual de forma que queden visibles. Esto lo podemos hacer en mayúscula o minúscula o de las dos formas (para favorecer así la visualización de la dos). Y por último solo queda meter en las cajitas objetos que tengáis por casa que empiecen por cada una de las letras.
Juego 2
Unir la palabra con el dibujo: Consiste en tener una serie de palabras que comiencen con cada una de las letras del abecedario y dibujos que representen solo algunas de esas palabras. En este ejercicio el niño empieza identificando el sonido de la primera letra del nombre del dibujo que elija, y posteriormente, una vez identificada la letra a la que corresponde ese sonido, buscará el nombre del dibujo dentro del grupo de palabras que comienza por la letra identificada.
Juego 3
Escribir el nombre de la imagen: La representación gráfica y el estímulo visual son de gran ayuda en el entrenamiento de la conciencia fonológica. Para ello, pondremos en una ficha diferentes imágenes y el niño tendrá que escribir el nombre de cada una. Al principio podemos utilizar como guía una letra en concreto, y que todas las imágenes empiecen por esa letra.
Juego 4
Rodear las letras: Se trata de identificar las letras que tienen en común las palabras que están representadas por dibujos. En un lado tendremos dos dibujos y al otro tendremos diferentes letras de las cuales algunas comparten los dos dibujos. Por ejemplo, tendremos las imágenes de una manzana y una campana y al otro lado pondremos las letras M, L, A, S. El niño deberá rodear las letras que compartan las palabras de las dos imágenes.
Juego 5
Omisión de la sílaba inicial: Para trabajar a su vez la conciencia silábica, este es un ejercicio muy práctico. Trata de escribir el nombre del dibujo que se está viendo, pero sin la primera sílaba. Si en la imagen aparece un zapato, debemos escribir “pato”.
Existen muchísimos juegos y formas diferentes mediante los cuales podemos entrenar la conciencia fonológica. Os animamos a inventar nuevos juegos haciendo partícipes a los más peques en el desarrollo de éstos.
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