Lo que hemos estado viendo en la televisión con asombro, ha llegado a muchos hogares españoles. Suspensión de clases durante al menos 15 días y recomendación de no salir para evitar el contacto entre personas y reducir así los contagios masivos que están saturando la sanidad pública.
En este punto las familias se encuentran con que tienen que estar en sus casas con sus hijos y con todo el tiempo del mundo. ¿Qué hacer? ¿Cómo organizarse? ¿Es posible “teletrabajar” con pequeños en casa o es sólo una utopía? ¿Fortalecerá esta experiencia los lazos familiares o supondrá un aumento en los divorcios y “crisis parentales”?
Sin duda tenemos un reto ante nosotros y, como ya sabéis, los retos en Disciplina Positiva son oportunidades para aprender.
Ahí va una propuesta que, evidentemente, cada familia tendrá que adaptar, pero que ofrece unas pautas generales que nos ayudarán sin duda a mantener también nuestra Salud Mental.
Establece una rutina
Tanto si no tienes hijos como si los tienes (de cualquier edad), cuando tenemos todo el tiempo del mundo podemos caer en el riesgo de aburrirnos y desesperarnos. ¿Habéis probado a estar dos días seguidos en casa sin salir con niños? Imaginaos entonces lo que puede suponer estar 15…
Establecer una rutina no significa que tengamos que hacer una determinada cosa a una hora en concreto. Más bien se trata de tener un listado de ideas (deporte, tareas de casa, juego libre, ocio, etc.), que podemos ir combinando o repartiendo a lo largo del día de manera flexible. Además, a los niños les ayuda también a predecir lo que va a pasar, de manera que se evitan los conflictos innecesarios. Por ejemplo, ¿cuántas familias temen que sus hijos estén conectados a las pantallas demasiadas horas? ¿O que poder o no poder ver la tele sea motivo constante de discusión? Si se elabora una rutina, nos permitimos informar y anticipar. Más aún si involucramos a los niños en la creación de esa rutina. De este modo, en casa sabemos que la tele se podrá ver después de comer, en el momento de “siesta”, por ejemplo, y será la rutina la que mande.
Aprovecha este tiempo para capacitar
¿Cuántas veces nos quejamos las familias de que no tenemos tiempo para enseñarles a ser más autónomos? Muchas mañanas andamos con estrés y, especialmente a los más pequeños, optamos por vestirles, calzarles, etc.
Por ello, tenemos la oportunidad de dedicar estos días a entrenar o reforzar las habilidades de autonomía que aún no dominan del todo. Os animo a buscar en Internet listados de aptitudes que los niños pueden hacer por edad. Por ejemplo, ¿qué puede aprender a hacer un niño de 2-3 años? Vestirse, desvestirse, subirse la cremallera, ponerse y quitarse las zapatillas, usar ciertos botones, recoger y poner la mesa, echar la ropa al cesto, etc. Programad en vuestras agendas momentos específicos para entrenar habilidades y viviréis con menos agobio el resto del año.
Así mismo, con aquellos niños que necesitan más tiempo para hacer estas cosas, se puede entrenar con tiempos específicos (relojes de arena, por ejemplo) para que cada vez vayan siendo más eficientes.
En la línea de capacitar, recomiendo hacer partícipes a los niños de la situación y pensar entre todos qué se necesita para vivir en un hogar con armonía. Su colaboración en el día a día y en la repartición de las responsabilidades hará sin duda la vida más fácil.
Programa actividad física en tu rutina
Dependiendo de la zona en la que vivas, habrá personas que puedan optar por pasear un poco por el monte o el campo, sin contacto con otra gente. Pero si tú idea es no salir de casa, necesitas actividad física para mantener tu salud física y mental en orden.
La actividad física permite activar el cuerpo, cansarse y eso sin duda nos hará descansar mejor a la noche.
En la misma línea, los niños necesitan parque y como en este momento eso no es viable, dedicar distintos tiempos al día para mover y cansar el cuerpo es tan fundamental como comer.
Gracias a Internet, se pueden ver muchísimas clases de yoga, pilates, zumba, etc., y programar una rutina divertida. ¡A todos nos encanta! Añade también un poco de cardio (con pedales o bicicleta estática, por ejemplo), un entrenamiento de pesas y entenderás el dicho “Mens sana in corpore sano”.
¿Y qué pasa con los aprendizajes escolares?
Esto dependerá mucho de la edad de los niños. Seguramente el profesorado te haya ofrecido recomendaciones, tareas, etc. para que se vayan haciendo en casa.
Si a algunas familias esto le parece insuficiente, existen recursos online que son variados y motivadores para trabajar diferentes materias (por ejemplo, Zona Clic). Hacer estas cosas de manera autónoma va a depender de la edad de nuestros hijos, así como de su nivel de autonomía. La idea de base es intentar no hacer por los niños lo que los niños saben hacer por sí mismos, y en los casos en los que necesiten apoyo ofrecérselo y dedicar tiempo a capacitarles.
El aburrimiento, ¿fomenta la creatividad?
Esta claro que necesitamos ser un poco creativos para mantener las horas ocupadas. La ventaja es que existen a día de hoy en el mercado un montón de libros que recopilan actividades para hacer en casa. Desde manualidades a recetas o experimentos. ¡Todo es bienvenido! Especialmente interesantes son los recursos tipo «365 actividades para evitar las pantallas» o similares.
Prueba de fuego para la pareja
Se trata de una prueba de fuego porque es probable que las situaciones estresantes aumenten y las discusiones se den con más frecuencia. Sin embargo, la ventaja de vivir en pareja es que los adultos se pueden turnar y tener algunos momentos de desconexión (pequeño paseo, tocar la guitarra, leer, un baño relajante, etc.). Si eres de esos afortunados, planifica con tu pareja qué ratitos personales vais a sacar para poder contar con ellos cuando se necesita un respiro.
¿Y qué hay de las familias monoparentales?
Si vivir un “encierro” durante 15 días con niños es ya de por sí un reto, para las familias monoparentales o separadas que viven sólo con sus hijos puede serlo aún más si cabe, debido a que no pueden compartir con otros adultos ni les resultará fácil tampoco tener un poco de tiempo de autocuidado.
En estos casos es más importante si cabe establecer buenas rutinas de sueño para poder disponer al menos de un rato libre antes de dormir. Así mismo, si los niños son mayores de 4-5 años, te recomiendo pactar espacios de tiempo personal con ellos a través de reuniones familiares y acuerdos conjuntos.
Necesitamos aire puro
No escatiméis en salir a la terraza si tenéis esa suerte, ventilar las habitaciones, pasear sin contacto con otras personas, asomaros a la ventana, etc. Respirar aire puro tiene beneficios emocionales ya que favorece la oxigenación celular eliminando las toxinas del organismo y relaja el sistema nervioso, lo que nos hace tener mayor sensación de bienestar.
¿Teletra… qué? ¿Es posible conciliar?
De nuevo va a depender de la situación de cada familia (tipo de trabajo, edad de los hijos, tamaño de la vivienda, etc.). Muchas personas optarán por turnarse con sus parejas “a ratitos”, otras por pegarse madrugones o trasnochar y otras por ofrecer sesiones puntuales pero maratonianas de tecnología a sus hijos. Cada familia tendrá que “sobrevivir” como bien pueda. Sin embargo, una buena organización previa ayudará a disponer mejor de esos tiempos de trabajo en remoto y a ajustar nuestras expectativas para evitar frustraciones en dosis demasiado altas.
Y por último, no os engañéis. Aún aplicando todas estas orientaciones a rajatabla, es posible que os salga en algún momento puntual un tic en el ojo. Nadie dijo que una cuarentena fuera fácil.
Cuidaros mucho y cuidad al resto evitando salir a la calle 🙂
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