En verano solemos tener más presente nuestro propio peso que durante el resto del año. En esta preocupación por nuestro cuerpo puede haber un trasfondo muy variado: estar insatisfechos con nuestro físico, querer cambiar hábitos poco saludables o simplemente perder unos pocos kilos de cara al verano.
Desde la psicología, pensamos que, aunque es inevitable estar “más pendientes” de nuestro cuerpo en determinados momentos, resulta más saludable cambiar nuestros hábitos a largo plazo. El esfuerzo no es tan intenso como en las dietas restrictivas –por las que a menudo se opta cuando queremos bajar de peso rápidamente-. El verdadero reto está en ser capaz de mantener este nuevo estilo de vida, más saludable, hasta incorporarlo en nuestro día a día.
Para ello, lo mejor es empezar, poco a poco, a ponernos objetivos realistas. Una propuesta para empezar a cambiar nuestros hábitos podría ser la siguiente:
-En primer lugar, reflexionar sobre nuestro día a día, para detectar qué costumbres poco saludables solemos realizar a lo largo de nuestra rutina: utilizar el ascensor, comer fuera de casa, comer alimentos poco sanos, utilizar el coche o el metro para trayectos en los que podríamos caminar, etc…
-Una vez tengamos identificadas estas costumbres, elegimos aquellas que queremos cambiar. Preferiblemente solo una cada vez, para que el cambio nos resulte más sencillo. Decidimos acciones alternativas para cada una de ellas.
-Poco a poco, comenzamos a cambiar nuestros hábitos. Se dice que solo se necesitan 21 días para integrarlos en nuestra rutina, de manera que pondremos especial atención a esos primeros momentos. ¿Nos está costando? ¿Estamos incumpliendo los objetivos que nos hemos propuesto?
-Es importante aprender a perdonarnos si fallamos con alguno de nuestros objetivos. De nada sirve mortificarnos: lo más recomendable en estos casos es plantearnos qué nos ha pasado para no hacer lo que nos habíamos propuesto, y volver a intentarlo, o bien reformular y ajustar las metas.
-A medida que avancemos: valoramos lo que hemos conseguido hasta el momento como un logro; y sólo entonces pasamos a cambiar un nuevo hábito por su alternativa más saludable.
Si conseguimos hacer esto, probablemente ya no tengamos que preocuparnos por la temida “operación bikini” el año que viene, ni necesitaremos bajar de peso en poco tiempo, pues llevaremos un estilo de vida saludable durante todo el año.
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