Desarrollo de la sexualidad en el ser humano

La sexualidad del ser humano está en una continua evolución y desarrollo  a lo largo de la vida. Desde el nacimiento hay una progresiva transición de cambio de aspectos del carácter de la persona, entre los cuales también se encuentra la sexualidad. En ellos influye nuestra herencia biológica, pero también la información que recibimos de la educación, el entorno socio-cultural y la época vital y social en la cual convivimos y nos desarrollamos. Del conjunto de toda esta información vamos desarrollando nuestra propia estructura caracterial y sexual.

Cuando hablamos del  desarrollo de la sexualidad en la infancia, tenemos que tener en cuanta dos elementos fundamentales. Estos son el vínculo afectivo en primer lugar y el proceso de adquisición y desarrollo de la identidad y el genero.  Un vinculo de afecto seguro permite que el niño evolucione en seguridad y pueda conformar relaciones intimas sanas en las cuales la exploración y desarrollo de su sexualidad trascurra de forma segura. La forma en la cual nos vinculamos en las primeras interacciones afectivas son la base de como evolucionamos social y personalmente. El desarrollo de la identidad y genero es el proceso por el cual nos reconocemos hombres o mujeres. Generalmente existe una correlación con las características biológicas de los genitales masculino y femenino pero no siempre es así y por tanto podemos decir que el proceso del reconocimiento de la identidad, se produce conforme el ser humano desarrolla la capacidad madurativa de reconocerse tal cual se siente ser.

La infancia es un momento del desarrollo humano marcado por la curiosidad, la necesidad de investigar y el desarrollo de aprendizajes. Por ello, durante el proceso de desarrollo de la sexualidad, podemos ver como el niño fija su atención en la investigación tanto de su cuerpo como del de otras personas, busca sensaciones de placer y las repite y expresa con espontaneidad los aprendizajes que recoge de sus vivencias. Toda esta información que registran va concediéndoles la posibilidad de gestar su vivencia de identidad y de desarrollar los comportamientos de genero que sienten más afines a su vivencia de sexualidad.

¿Cómo hablar a los niños sobre sexualidad?

Alrededor de los dos o tres años  los niños comienzan a investigar su propia sexualidad. Se manipulan sus genitales y esto da lugar a que comiencen las cuestiones sobre este tema. Este es el momento en el que se puede comenzar a hablar con los niños sobre sexualidad. Además, coincide con un momento de desarrollo del lenguaje y es importante que la sexualidad sea un tema que se trate con la misma naturalidad que con la que nos enfrentamos a las primeras palabras que nuestro hijo emite.

En cualquier comunicación, la seguridad se transmite en la forma en la que empleamos el tono, la naturalidad con la que abordamos una conversación y la seguridad con la cual transmitimos la información. Al hablar sobre sexualidad de manera segura y espontanea, favorecemos que los niños comprendan que este es un tema natural con el que nos podemos comunicar tranquilamente y sobre el que pueden ir cubriendo sus necesidades de saber desde preguntas seguras de curiosidad.

Las cuestiones de sexualidad van variando a lo largo del desarrollo de los niños. Sobre los dos o tres años las preguntas suelen centrarse en los genitales y el hecho reproductivo en general. En esta etapa es importante que el lenguaje con el que transmitimos la información sea adaptado a su edad. Alrededor de los 8 años, la curiosidad se centra en el cuerpo humano desnudo, se fijan y miran a iguales o adultos, y desarrollan curiosidad sobre como interactúan los cuerpos en la parejas e investigan los contactos afectivos a través de besos y abrazos. A partir de los 11 años, en el comienzo de la adolescencia, la curiosidad se centra en el propio cuerpo y en la vivencia emocional respecto al mismo. Aparecen la identificación de conceptos como la autoestima y vivencia de seguridad personal.

 

Tips para hablar de sexualidad

– Expresión desde la honestidad emocional. Hablar de sexualidad es normal pero es un tema que siempre ha sido asociado a tabúes y eso hace que en ocasiones nos de vergüenza o nos resulte incomodo hablar de ello y nos cueste abordar la conversación en si. Es importante reconocer que esto nos ocurre para poder continuar hablando con tranquilidad sobre el tema.

Responde a las preguntas.  Cuando un niño nos hace una cuestión sobre sexualidad siempre es recomendable responderlo. El niño aprende de nuestras reacciones a entender si un tema es o no conversable, si se puede hablar de ello o si es mejor no decir nada al respecto. Si evitamos conversar sobre sexualidad enseñamos a nuestros hijos a que este sea un tema del que no se habla y no le transmitimos la calma que precisa para vernos figuras de seguridad a la hora de saciar su curiosidad. Si desconoces la respuesta, reconócelo y anímale a buscar juntos la información.

-Adapta la información a la edad. En función de la edad de nuestro hijo, la información puede expresarse de diferentes formas: cuentos, metáforas, anécdotas o ejemplos. Puedes buscar la forma de que el niño sacie su curiosidad de una forma lúdica, normalizando así la comunicación y generando un clima de confianza.

-Cuando no preguntan, busca el momento de hablar de ello. Puedes emplear situaciones cotidianas o imágenes de series o películas como forma de introducir paulatinamente y en momentos concretos el tema de la sexualidad. No en necesario que el objetivo sea cubrir a nuestro hijo  de información sino  de mandarle el mensaje de que ese es un tema del cual siempre puede hablar contigo.

 

Hablar de sexualidad desde la infancia nos permite enfrentarnos a ella sin temores y sin generar conocimientos erróneos sobre lo que es. Además, favorece el bienestar, los vínculos de seguridad y el clima de confianza entre padres e hijos. Acompañar a nuestros hijos en cualquier conocimiento que van desarrollando a lo largo de sus aprendizajes en la vida, es siempre un privilegio.