Cuando oímos hablar de necesidades educativas especiales (NEE), es probable que pensemos en alumnado con dificultades a nivel físico, atencional, intelectual o de comportamiento, entre otras. Las NEE se refieren a las dificultades que pueden darse en el aprendizaje y que por ello, hacen necesaria la puesta en marcha de una serie de medidas que faciliten la adquisición de los conceptos académicos. Al leer estas líneas podemos pensar, por ejemplo, en niños y niñas con déficit visual o auditivo, Déficit de Atención con o sin Hiperactividad o Autismo. Sin embargo, en este grupo también se encuentran quienes presentan altas capacidades, nada menos que entre el 2 y 5% de nuestra población.

 

¿A día de hoy qué sabemos sobre la alta capacidad?

Este alumnado se caracteriza por mostrar habilidades que se encuentran por encima de lo esperado para la edad en una o varias de las siguientes áreas: habilidad intelectual, pensamiento creativo y aptitud específica en una área concreta (matemática, verbal, social…). En concreto, hablamos de niños y niñas que aprenden con facilidad y rapidez; que muestran un buen dominio del lenguaje, lo cual les lleva a emplear un vocabulario muy avanzado para su edad; y que comprenden conceptos abstractos con facilidad. Además, tienden a mostrar mayor originalidad y a interesarse en profundidad en un tema concreto.

Como todos los alumnos, quienes tienen alta capacidad son muy diferentes entre sí, por lo que no tienen por qué mostrar las mismas características. De hecho, el Ministerio de Educación reconoce distintas manifestaciones: alumnado superdotado, alumnado con talento, alumnado creativo y con maduración precoz, entre otros. Por ello, para poder realizar un diagnóstico fiable, es necesario tener en cuenta la mayor cantidad de información posible, y no únicamente la capacidad intelectual. A día de hoy, la creatividad es una de las pruebas imprescindibles que permiten confirmar esta condición.

Ante esta realidad, en 2019 el Gobierno Vasco puso en marcha el Plan de Atención Educativa para Alumnado con Altas Capacidades Intelectuales, que contempla la necesidad de implementar medidas curriculares concretas en las aulas. Esto se debe a que cada vez sabemos más sobre la superdotación y también, a que en muchas ocasiones a lo largo de estos últimos años, se ha detectado una relación entre el elevado cociente intelectual (CI) y el fracaso escolar. La alta capacidad también puede verse acompañada de dificultades académicas, falta de habilidades sociales o problemas de comportamiento, sobre todo si no se ha realizado un diagnóstico temprano. Las primeras dificultades, por ejemplo, son debidas a la falta de motivación o incluso a problemas de atención (existe elevada comorbilidad entre alta capacidad y Déficit de Atención con o sin Hiperactividad). Sin embargo, no debemos quedarnos en recibir un diagnóstico, en este punto cobra gran importancia abordar y entrenar necesidades individuales concretas, tanto en el colegio, como en casa.

 

¿Qué puedo hacer si creo que mi hijo/a tiene alta capacidad?

En primer lugar, acude al centro escolar y a un profesional para realizar una valoración que confirme o descarte tu sospecha. Recuerda que esta evaluación debe ser concienzuda y no quedarse solo en la valoración de la capacidad intelectual.

Por otro lado, tanto si cuentas con un diagnóstico como si no, responde a sus necesidades académicas, sociales y emocionales. No dejan de ser niños, como otros cualquiera, que necesitan aprender de sus modelos referentes. Quizás estas propuestas te sirvan de ayuda:

  • Si detectas necesidades concretas, da una respuesta acorde, que guíe el aprendizaje de habilidades concretas, como la regulación de emociones o la tolerancia a la frustración.
  • Cuida su motivación y preocúpate por conocer cómo se encuentra, qué aficiones tiene y de qué forma se le puede involucrar en actividades útiles para él o ella. La motivación no se da, pero sí podemos propiciar situaciones que repercutan positivamente en su motivación y autoestima.
  • Comunícate con frecuencia con su tutor o tutora.
  • No des por hecho que porque tenga alta capacidad todo se le vaya a dar bien.
  • Si te estás planteando introducir actividades extraescolares que fomenten las áreas en las que muestra cierto talento o facilidad, primero pregúntale, quizás su respuesta te sorprenda. Generalmente damos por sentado muchos aspectos sin molestarnos en consultar a los niños y adolescentes.