Joven de 21 años, viene a consulta porque no sabe cómo comunicar a sus familiaries una decisión importante que ha tomado con respecto a sus estudios. Esto le hace sentirse mal consigo misma; y le provoca ansiedad y alteraciones de ánimo cuando se relaciona con sus allegados.

En las primeras sesiones de coaching descubrimos que detrás de este “no saber cómo contarlo” se escondía su miedo a estropear la relación con su familia, un miedo basado en creencias personales sobre lo que sus padres y demás familiares consideraban “correcto”, y en expectativas de una reacción negativa por parte de ellos. Descubrimos también que era su actitud actual, de miedo hacia ellos y ocultación de información, lo que resultaba realmente dañino para la relación y para ella misma.

Al final del proceso, después de trabajar la confianza en sí misma y en los suyos, la joven decidió contarles su decisión y vio cómo los suyos la apoyaban, lejos de censurarla por aquello que quería hacer. Aprendió cómo a normalmente se valoran más la sinceridad, y la valentía de contar algo que no sabemos cómo se van a tomar; que el hecho de que aquello que contemos sea algo que no todos consideren “correcto”.

Ahora es una persona más sincera y confiada que tiende a iniciar conversaciones, y sus relaciones han mejorado. Los problemas de ansiedad y los cambios de humor desaparecieron conforme pudo comunicarse con su familia y volver a ser ella misma, sin miedos.

 

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