Hay una cosa que tiene el verano, y es que además de sol, playa, y terraceo, habitualmente pasamos más tiempo en familia. Esto generalmente es maravilloso, pero en otras ocasiones, puede ser estresante porque no estamos acostumbrados y se pueden dar diferentes conflictos frutos de la convivencia.
Hace tiempo publicábamos una infografía en nuestra sección de “Recursos” sobre los pasos para hacer reuniones familiares, un recurso que utilizamos habitualmente en Disciplina Positiva. En este artículo quiero hablar sobre los beneficios de hacerlas, puesto que pueden marcar un antes y un después en el verano (y, en realidad, en cualquier época del año).
¿Cuáles son los beneficios de hacer reuniones familiares?
- Permite ver los conflictos en positivo.
Esto se consigue gracias a que en las reuniones familiares se habla de los problemas que surgen con la intención expresa de buscar soluciones, y no tanto de buscar culpables o consecuencias. De esta forma, se pide la colaboración de todos los miembros de la familia (niños y niñas pueden participar a partir de los 3 años de edad) a la hora de pensar alternativas de solución.
- Desarrolla un fuerte sentimiento de pertenencia.
Este sentimiento se puede desarrollar, por un lado, porque se entienden los conflictos como un asunto familiar, de todas las personas que conforman la familia. De este modo, los padres y madres no tienen la responsabilidad de ser “solucionadores de conflictos”, sino que los niños y niñas también colaboran y forman parte de eso. Esto posibilita que las decisiones que se tomen durante la reunión sean más aceptadas por parte de todo el mundo y haya más compromiso en su realización.
- Permite disfrutar en familia.
Al finalizar la reunión familiar cada semana una persona elige un juego de mesa o actividad que quiera hacer en familia. Esto motiva tanto a niños como a adultos y permite cerrar la reunión con un poco de tiempo de ocio en familia.
- Entrena habilidades para la vida.
Gracias a las reuniones se entrenan numerosas habilidades, tal y como se ha podido deducir hasta ahora. Entre estas habilidades están las siguientes:
- Resolución de conflictos.
- Paciencia: en la medida en la que los problemas no se solucionan en el momento, sino que muchas veces esperamos a la reunión para hablarlo.
- Creatividad: la búsqueda de soluciones puede conllevar la elaboración de ideas locas.
- Respeto de turnos a la hora de hablar.
- Tomar decisiones: en la medida en la que tenemos que elegir qué opción será la que queremos probar durante una semana.
- Ir formando un criterio a la hora de aplicar el filtro en las soluciones, para determinar si las soluciones planteadas son útiles, respetuosas, razonables y están relacionadas.
- En ocasiones, se solucionan los conflictos.
Este punto es clave. Las reuniones familiares no van únicamente destinadas a solucionar los conflictos. Muchas veces esto ocurre, pero puede darse el caso también de que haya conflictos que se repiten semana tras semana y no pasa nada. Lo importante de las reuniones familiares no es tanto el resultado final, sino la cantidad de habilidades para la vida que se entrenan y se modelan a través de ellas, a lo largo del proceso.
Espero que este verano os podáis poner manos a la obra y disfrutéis de las reuniones en familia ¡Feliz verano!
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