La terapia para adolescentes se realiza en una etapa en la que la a menudo predomina la confusión. Durante esta fase de la vida se inician nuevas relaciones con los padres y con el entorno exterior, teniendo lugar una ruptura con el mundo infantil. Los adolescentes sufren una serie de cambios a nivel fisiológico, y éstos deben integrarse en su vida.
En general, podríamos decir que los objetivos de esta etapa son:
- Adaptarse a los cambios físicos y a la nueva imagen corporal.
- Definir la personalidad y la propia identidad a partir de nuevas experiencias y nuevos valores que se van adquiriendo.
- Integrarse socialmente de manera adecuada y ganar independencia con respecto a sus antiguas relaciones familiares.
Por ello, la terapia para adolescentes debe llevar a conseguirlos. Las relaciones interpersonales, y concretamente las familiares, son las que se pueden ver más dañadas durante la adolescencia, y a menudo requieren de ayuda psicológica para aprender a gestionarse. A menudo, la búsqueda de independencia entra en conflicto con los límites y normas impuestas por los padres; y hace que los adolescentes y jóvenes se rebelen. Es importante que los progenitores aprendan a mantener la calma en estos casos, evitando ponerse a la altura de sus hijos durante las discusiones y teniendo claro que no les perderán si logran superar esta etapa con calma, aceptando y gestionando los cambios que sus hijos van sufriendo.