El trauma
El trauma es una “herida psicológica”. Sucede cuando una experiencia no puede ser procesada emocionalmente y nuestro cerebro se ve sobrepasado para afrontarla. En esa situación, almacenamos la experiencia de manera fragmentada en nuestra memoria (pensamientos, conductas, emociones, etc.). Los traumas psicológicos pueden ser de “T” mayúscula (suponen una clara amenaza para la vida de la persona, por ejemplo, ser víctima de abusos sexuales) o de “t” minúscula (las experiencias pueden ser soportables pero al ser repetidas en el tiempo implican mucho desgaste emocional, por ejemplo, un ambiente poco afectivo).
Las características que tiene que tener un trauma psicológico son: ser incontrolables para la persona, la persona siente amenaza, peligro o ataque que sobrepasa su capacidad de afrontamiento y rompe los esquemas mentales básicos que le permitían entender y manejarse en la vida.
Síntomas del trauma
Los síntomas pueden ser muy variados, entre los que destacarían:
- Síntomas cognitivos (pesadillas, pensamientos intrusivos, etc.).
- Síntomas emocionales (miedo, irritabilidad, depresión, culpa, etc.).
- Síntomas comportamentales (evitación de situaciones, aislamiento, etc.).
- Síntomas físicos (somatizaciones, nerviosismo, etc.).
Enfoque de intervención
A veces las personas acuden al centro consultan por otro tipo de motivos (miedos, ansiedad, depresión, etc.,) pero tras empezar la terapia se puede ver necesario trabajar sobre algún episodio traumático. En estos casos, desde el equipo estamos formadas en EMDR (tenemos artículos en el blog para entender mejor el procedimiento “EMDR: enfoque para trabajar el trauma” y “Entendiendo un poco el trauma”) y también trabajamos con técnicas para la liberación emocional y reprocesamiento de trauma.